Ingredientes para 4 personas
Lechugas varias y otras verduras y hortalizas (escarola rizada, col lombarda, espinacas, lechuga lollo rosso y rúcula), tomates cherry, pipas peladas, una porción de queso brie, mermelada de tomate, AOVE y sal.
Preparación
Si no fuera porque el queso brie es un poco complicado de freír, os diría que es un plato muy fácil de preparar, pero vamos a dejarlo en fácil.
Lo primero que hay que hacer es poner abundante aceite a calentar en una sartén pequeña. Mientras éste alcanza la temperatura idónea, es decir, muy caliente, mezclamos bien la mermelada de tomate con la lechuga y compañía. Es importante que remováis la mermelada antes de este paso, porque si no es casera, suele salir un poco apelmazada, y no se distribuirá homogéneamente. Aprovechamos también para cortar los tomates por la mitad y el queso brie en rectángulos de poco espesor.
En un ejercicio de sincronía perfecto, el aceite ya está listo para que introduzcamos el queso, así que vamos a por la parte más delicada de todo este asunto. Aunque dé pereza, hay que freír en dos tandas, para que no se nos acumule el trabajo a la hora de meter y sacar el queso de la sartén.
El punto perfecto para retirarlo es cuando los bordes están dorados. No os preocupéis si veis que se derrite escandalosamente y se pegan unos a otros, es la idea. Una vez fuera, lo reservamos en un plato sin papel, pues si no se nos pegaría a él y sería un desastre.
Ahora ya está todo listo para emplatar, así que cogemos una fuente plana y procedemos. Primero el verde, formando un pequeño montículo, después los tomatitos alrededor y luego el queso brie coronado por un poco de mermelada. Por último, espolvoreamos pipas al gusto y ya tenemos nuestra ensalada lista para lucir en el centro de la mesa.